viernes, 6 de agosto de 2010

Vasectomía: Para los hombres que se hacen cargo de cerrar la fábrica

Dr. Andrés Giacaman
Urólogo

Clínica Ciudad del Mar
Hay que admitir que las mujeres son las que siempre han tenido que preocuparse del tema de la fertilidad. Básicamente porque para los hombres nunca ha existido un método anticonceptivo hormonal para que se pueda regular directamente. Sin embargo, cada día son más los varones que consultan y que se preocupan de la planificación familiar. Cuando ya han tenido los hijos que habían proyectado, se acercan al urólogo, a veces motivados por sus señoras o por el ginecólogo de éstas, buscando una alternativa masculina para enfrentar el tema.

Hay que considerar que la anticoncepción femenina hormonal produce en la mujer efectos colaterales que son molestos a través de los años: dolor de cabeza, pérdida del apetito sexual e incluso está asociada a cáncer de mamas. Si quisieran evitar un embarazo sin anticonceptivos podrían ligarse las trompas, pero ésta es una cirugía mayor, que se practica bajo anestesia general y de cierto riesgo.

A la hora de analizar las opciones que tiene el hombre, los anticonceptivos orales destinados a reducir el número de espermios, producen efectos no deseados, como pérdida de la libido y ginecomastia (crecimiento de las mamas). Por eso no están disponibles en el mercado. Para el varón, la única opción segura existente es la vasectomía, una cirugía menor, mínimamente invasiva, en la que se usa anestesia local y es ambulatoria. Consiste en ligar los tubos deferentes, que son los ductos por donde viajan los espermios desde el testículo hasta la uretra, para mezclarse con el semen producido por la próstata. Estos tubos se cortan, para interrumpir el paso de los espermios y así automáticamente el testículo entra en una etapa de reposo y deja de producirlos.
El paciente va a seguir emitiendo semen igual que antes, en la misma cantidad, del mismo color y no va a haber alteraciones en el orgasmo ni en la erección.
Esta cirugía se hace a través de una incisión de 1 cm. de largo en el escroto (la envoltura de los testículos), desde donde se accede a los dos conductos, se cortan y anudan. Siempre quedan espermios dentro de los tubos, que demoran un mes en vaciarse. Pasado ese período, ya no debería quedar ninguno.
Este procedimiento tiene mínimos efectos colaterales, es bien tolerado y el paciente al día siguiente puede seguir trabajando sin ningún problema. No requiere licencia. Dentro de los riesgos, podría existir infección, inflamación local, como podría ocurrir con cualquier cirugía, y en ese caso sólo requiere reposo.
Lo más importante es que la efectividad es del 99,5%. Ese 0,5% de fallo es porque algunas veces los conductos que están separados se vuelven a unir. La naturaleza es tan sabia que los tubos se buscan a través de receptores, se adhieren, se permeabilizan nuevamente y vuelven a pasar espermios sin que el paciente lo sepa. Pero estos casos son muy raros y de todos los métodos anticonceptivos, tanto aplicables a hombres como a mujeres, la vasectomía es la más eficaz.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que para revertir la vasectomía se requiere volver a unir los conductos deferentes, que, en los mejores centros del mundo, sólo tiene éxito en el 25% de los casos.