viernes, 26 de febrero de 2010

El ronquido: Un molesto compañero de pieza que puede ser señal de alarma



Dr. Ricardo Aburto A.
Otorrinolaringólogo
Clínica Ciudad del Mar

Un roncador puede transformarse en un vecino nocturno desagradable, que altera el sueño de quien lo produce y de quienes lo rodean. Pero lo más grave es que en la mitad de los casos el desagradable ruido puede ser signo de apnea, un peligroso trastorno del dormir, que incluso puede ser fatal.
La roncopatía se produce por una obstrucción durante el sueño de la vía aérea alta, es decir, desde la laringe hacia arriba. Debido a ello, el paladar blando y la úvula (que conocemos como “campanilla”) vibran, produciendo el sonido que conocemos como ronquido. A veces la obstrucción es mayor y llega a colapsar la vía, produciendo una apnea, es decir, se interrumpe la respiración.
En el caso de los niños menores de 10 años, el diagnóstico suele ser sencillo. Casi en todos, la causa es un crecimiento exagerado de las amígdalas y/o de las adenoides, que se resuelve extirpándolas en una cirugía. Si el síntoma es sólo el ronquido, no produce consecuencias, pero habría que descartar si también existe apnea. Para detectarla, en el caso de los niños, suele ser de utilidad grabar el audio o un video del sueño para que el especialista lo interprete.
En el adulto en cambio, la causa es multifactorial. Primero, es necesario evaluar en qué parte de la vía aérea se produce la obstrucción. En el caso de la nariz, puede deberse a pólipos nasales, cornetes grandes o tabique desviado. También puede ser muy grande o larga la úvula, el paladar blando o la base de la lengua. Puede deberse al tamaño de las amígdalas, pero es raro en el adulto. Lo importante es que muchas veces todo esto se puede corregir con cirugías, que no dejan secuelas funcionales y producen resultados inmediatos.
Otra causa común es el sobrepeso y la obesidad, porque favorecen un aumento de los tejidos grasos de la faringe y del tamaño de la lengua, lo que facilita el colapso de la vía aérea durante la inspiración. En este caso, la solución es estabilizar el peso o someterse a una cirugía bariátrica en los casos de obesidad mórbida.
Otro factor que también incide el reflujo gastroesofágico, porque inflama la vía aérea, incluso aunque no produzca acidez. Está demostrado que los pacientes que tienen este problema como causa más importante, dejan de roncar después de un año de tratamiento del reflujo.
La edad también contribuye, porque como con los años los tejidos se hacen más flácidos, aumenta la probabilidad que la vía aérea se colapse, por eso es habitual que después de los 60 años un 70% de los hombres ronque y un 30% de las mujeres.
Por otra parte, mientras más profundo sea el sueño, más se ronca. Por ello se intensifica en períodos de cansancio, asociado a la ingesta de hipnóticos o luego de beber alcohol.
La mayoría de las personas ronca más al dormir de espaldas, por lo que el usar objetos que hagan incómoda esta posición y los obliguen a ponerse de lado puede ser de ayuda en los casos leves.
Es importante recalcar que, aunque para muchos la roncopatía es solo un problema social, es fundamental descartar si está asociada a una apnea del sueño, que se confirma clínicamente con un examen llamado polisomnografía, que monitorea la respiración durante el sueño. La apnea trastorna la arquitectura del sueño, afectando el descanso reparador, por lo que se deteriora la alerta durante el día, el rendimiento laboral en los adultos y el aprendizaje en los niños. Y, sobre todo, la apnea incrementa la hipertensión arterial y el riesgo de accidente vascular e insuficiencia cardíaca. Los estudios prueban que quienes sufren apnea se mueren antes, por eso el molesto ruido del ronquido puede ser una señal de alarma.